top of page
#Deportes

El juego de las diferencias

Por Darío D'Amore

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Gallardo, Alfaro y el manejo de grupos

Dos técnicos respetados y respetuosos. Gallardo, ícono de la historia de River, con una decena de títulos y 5 duelos ganados mano a mano ante su archirrival.

Alfaro, ante la chance de su vida, consagrarse en Boca. Oportunidad que está al borde de desperdiciarla. Y eso tiene sus motivos.

No pudo o no supo tomar decisiones y ser claro para comunicarlas. Un plantel confundido, dirigido por un entrenador desorientado.

Un técnico que un día quiere irse a su casa “a recuperar” su vida y una semana después dice que si le ofrecen la continuidad “daría un sí rotundo”.

Un conductor que un día pone a Tévez, otro día a Zárate, después elige a Wanchope y más adelante opta por Hurtado. Un DT que, en el partido más importante de su vida, elige colocar a Soldano de 8 o 4 bis, cuando lo suyo es estar en el corazón del área.

La confusión de Alfaro terminó derivando en un equipo que pasó de jugar feo a jugar mal. Y claramente no es lo mismo. Jugando feo, podes sumar puntos y avanzar de rondas, haciéndolo mal es imposible.

Estando en Boca y con el plantel que tiene, sin dudarlo, podemos hablar de una mala administración de recursos.

Como contracara está Gallardo. No le tiembla el pulso. Líder de líderes.  Ejemplos sobran. Ponzio, referente del club y de su proceso, no juega con el apellido. Pratto, autor de los goles más recordados de River (hace 10 meses, no 5 años!) sabe que es suplente y no levanta la voz. Scocco, uno de los máximos goleadores de la era Gallardo, también se sienta en el banco.

En River nadie se queja y casi todos rinden. Y pasa hace 5 años. Mano firme, conceptos claros, autoestima alta a la hora de jugar, perfil bajo fuera de la cancha. Mandamientos de Gallardo, que Alfaro seguro quiso tomar para su Boca, pero no pudo o no supo imponerlos.

 

© 2023 por Consultoría Estratégica. Creado con Wix.com

bottom of page